domingo, 28 de diciembre de 2008

Dos Poemas de Amor



He aquí un par de poemas que encontré por internet y me parecieron bellísimos.
Desgraciadamente no sé los autores de tales poemas.


TÚ ME GUSTAS TOTAL, ENTERA Y TODA

"Tú me gustas total, entera y toda,
no por el fuego de tu pelo húmedo,
ni por tus senos de canela tibia,
ni el pecado del ritmo de tu cadera.

Tú me gustas total, entera y toda,
no por tu boca tan intacta al beso,
ni por las llamaradas de tu carne
que se está calcinando entre las venas.

Tú me gustas total, entera y toda,
no porque eres mía y no me perteneces,
ni porque la envidia de los demás la siento
como si se tratase de propia envidia.

Tú me gustas total, entera y toda,
no porque me la pase junto a ti
bebiéndome tu aliento, ni rumiando
los pedazos de amor que tú me tiras.

Tú me gustas total, entera y toda,
por ese olor a carne que tú tienes;
olor de carne de mujer que es tuyo,
porque nadie más huele así en la tierra.

Tú me gustas total entera y toda,
porque ese olor es tuyo y lo encontré para mí."



UN ROCE BREVE

"Un roce breve, fugitivo
como el ala de una mariposa
hizo arder el aire en un instante
entre tu cuerpo y el mío.

El universo se ocultó a mis ojos
y se encerró en un latido.
Tus miradas se volvieron mares
y sus olas mecieron mi destino.

Para siempre, un instante,
que ninguna muerte extinguirá,
mientras te ame."

domingo, 21 de diciembre de 2008

William para los amigos


¿Qué tiene Shakespeare que me encanta?

Pues imagino que la habilidad excepcional (que pocos escritores tienen) de mostrarnos el alma y la naturaleza humana tal como son.

Podemos coger cualquier personaje creado por William (me permito llamarlo William que ya hace tiempo que lo conozco) y vernos representados en él. ¿Quién no ha estado alguna vez melancólico como Hamlet? ¿O celoso como Otelo? ¿Desengañado como El rey Lear? ¿Enamorado como Romeo? ¿Socarrón como Falstaff?

Shakespeare habla de cada uno de nosotros. Nos susurra al oído palabras reconocibles y nos muestra tal como somos. Es indiferente en qué contexto transcurre la trama, ya sea en un castillo de Dinamarca, en los páramos de Escocia o en la Verona de Italia; podemos "vernos" en la obra.

El tiempo pone en su lugar a las obras de la literatura. Y las palabras de Shakespeare no han envejecido por muchos siglos que hayan pasado.

La lectura de este inmortal inglés no es difícil, todo lo contrario, es poesía fácil de asimilar. Como todo, solo es ponerse y tener ganas y entusiasmo por ver qué nos cuenta William. Qué lado de nuestro ser va a descubrirnos ahora.

Leer a Shakespeare es leer nuestra vida.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Boceto de una historia



He aquí una pequeña historia inventada una noche de lluvia sentado en mi cuarto:


"Un joven es llamado a filas por el Ejército y enviado a los campos de batalla en la Europa de la Segunda Guerra Mundial. El día que debe abandonar su pueblo natal se despide de su amada junto al lago donde se besaron la primera vez allá en los tiempos de su infancia. Lo último que vé ella es la silueta del joven, distorsionada por las lágrimas, alejándose entre los árboles.

Al cabo de dos años el joven envía una carta a su querida anunciándole que retorna de nuevo junto a ella, que podrán ser felices para siempre, que podrá abrazarla, besarla, y ese mismo día cae muerto por una bala en una ofensiva inesperada del enemigo.

La joven recibe la carta y al leerla grita entusiasmada dando saltos de alegría y comunicando a todo el pueblo que él volverá a salvo de ese infierno sobre la Tierra llamado Guerra. Llora de felicidad. Comienza a contar los días.

Al saber finalmente la verdad se siente morir. El brillo de sus ojos desaparece lentamente. Deja de comer y cae en un estado de tristeza sin retorno.

Una noche desde su lecho y a través de la ventana abierta contempla ensimismada las estrellas del cielo que él tantas veces gustaba señalar. Un débil murmullo brota de sus labios: "¿Por qué?"

No hay respuesta. Solo el silencio de la noche. Las estrellas siguen brillando con igual intensidad y esplendor aunque él ya no forme parte de la vida. "¿Por qué?", repite de nuevo.

Entonces recuerda a Julieta, que al ver a su amado Romeo muerto junto a ella, decide probar el veneno del cual ha bebido él y muere dichosa entre sus brazos. Su decisión está tomada. No puede vivir sin él, por lo tanto, la vida es muerte, dejó de vivir cuando él cayó abatido. Ella también estuvo aquella tarde en ese campo de batalla en algún lugar perdido de la vieja Europa.

Se levanta lentamente a oscuras dispuesta a quitarse la vida. En la cocina le espera el veneno que guarda preparado inconscientemente desde hace ya varios días. Antes de salir de su habitación, contempla la estantería que guarda sus libros mas preciados. Allí están todos los tomos que él fue regalándole tan ilusionado.

Se acerca y extrae "Romeo y Julieta" de William Shakespeare. Ambos lo leyeron entusiasmados y enamorados de su prosa como niños con un juguete nuevo. Ese libro es él. De repente cae una nota de entre sus páginas y se posa suavemente a sus pies. Ella coge el papel y descubre la letra inclinada que tan bien conoce. Es un mensaje. Un mensaje que le viene del más allá, un mensaje escrito por él justo antes de dirigirse a la guerra. Comienza a leer sorprendida:

"Si yo muero el día de mañana
recuerda lo mucho que te he querido
si yo muero en la batalla
recuerda los momentos que hemos estado juntos

Si yo muero y tú no vives
es como si muriese dos veces
si yo muero allá en la guerra
no dejes marchitar la flor de tu vida

Amor mio, vive, vive y vive por mí
si eres dichosa, mi muerte no será trágica
si eres feliz y tu sonrisa no se apaga
mi muerte no será muerte, será alegría

Recuérdame en tus sueños
bésame durmiendo en las noches de verano
pero vive tu vida y sé feliz por mí
Amor mio, hazme dichoso en la muerte

Una bala puede matar mi cuerpo
pero jamás matará mi Amor
"

Termina la lectura sonriendo y derramando lágrimas.

Ella murió sesenta años después, con la piel ya arrugada y el cabello blanco como la nieve, rodeada de sus hijos y nietos.

Y jamás, ni un solo día, dejó de recordar a aquel hermoso y noble muchacho que un día le devolvió la vida a través de un poema."

martes, 16 de diciembre de 2008

La otra Cádiz


Cádiz tiene otro nombre.
Cádiz tiene otra imagen.
Cádiz es aquella cuya mano cogí suavemente una noche de Luna.
Vueltas, vueltas y mas vueltas.
Sin saber a dónde ir pero sin querer llegar a ningún lado.
Cádiz no es ya lo que era.
Su vista me hace viajar al pasado.
Unos ojos verdes que jamás olvidaré.

John Keats


John Keats fue un poeta inglés y murió muy joven.
Hace poco he leído su biografía y me ha llamado mucho la atención una anécdota de cuando él era muy chico.
Su madre estaba muriendo, agonizaba en su lecho, y el pequeño John la observaba apesadumbrado. Llegó la noche y entonces nuestro poeta tomó una decisión. Cogió su espada de madera y se apostó en la puerta de la habitación donde su madre dejaba poco a poco la vida. Veló toda la noche, despierto, con los ojos bien abiertos.
¿Por qué hizo aquello?
La respuesta es sencilla y hermosa. Hizo guardia toda la noche para defender a su madre por si venía La Muerte a llevársela. Una espada de madera era lo único que tenía para luchar.

Creo que define muy bien la personalidad romántica de John Keats.

Carta de John Keats a su amada Fanny Brawne:


13 de octubre de 1819.

Mi queridísima niña:

Me he puesto a pasar en limpio algunos versos, pero no me da ningún gusto trabajar. Tengo que escribirte una o dos líneas y ver si eso me ayuda a alejarte de mi espiritu aunque sea por unos instantes, no puedo existir sin ti. Todo lo olvido salvo la idea de volver a verte. Mi vida parece detenerse ahi: más allá no veo nada. Me has absorbido. En este mismo momento tengo la sensación de estar disolviéndome...Si no tuviera la esperanza de verte pronto me sentiría en el colmo de la desdicha. Tendría miedo de separarme, de estar demasiado lejos de ti. Mi dulce Fanny, no cambiará nunca tu corazón?, Amor mío, no cambiarás? Alguna vez me asombró que los hombres pudieran ir al martirio por su religión. Temblaba de pensarlo. Ahora ya no tiemblo; podría ir al martirio por mi religión- El amor es mi religión-, y podría morir por él....Me has cautivado con un poder que soy incapaz de resistir; y sin embargo lo era hasta que te ví; y desde que te he visto me he esforzado a menudo en razonar contra las razones de mi amor. Ya no puedo hacerlo, el dolor sería demasiado grande. Mi amor es egoísta. No puedo respirar sin ti....

El Tiempo



Hoy leí una frase que me ha encantado:
"El tiempo es un viejo calvo y feo"
Maravillosa imagen. Me lo imagino sentado y tranquilo, frente a una chimenea y rumiando por lo bajini, mientras se dibuja una media sonrisa en su ajado rostro.
¿Qué es el Tiempo al fin y al cabo? Es un ladrón que nos va quitando de todo, poquito a poco, mientras sonríe levemente.
:)