domingo, 21 de diciembre de 2008

William para los amigos


¿Qué tiene Shakespeare que me encanta?

Pues imagino que la habilidad excepcional (que pocos escritores tienen) de mostrarnos el alma y la naturaleza humana tal como son.

Podemos coger cualquier personaje creado por William (me permito llamarlo William que ya hace tiempo que lo conozco) y vernos representados en él. ¿Quién no ha estado alguna vez melancólico como Hamlet? ¿O celoso como Otelo? ¿Desengañado como El rey Lear? ¿Enamorado como Romeo? ¿Socarrón como Falstaff?

Shakespeare habla de cada uno de nosotros. Nos susurra al oído palabras reconocibles y nos muestra tal como somos. Es indiferente en qué contexto transcurre la trama, ya sea en un castillo de Dinamarca, en los páramos de Escocia o en la Verona de Italia; podemos "vernos" en la obra.

El tiempo pone en su lugar a las obras de la literatura. Y las palabras de Shakespeare no han envejecido por muchos siglos que hayan pasado.

La lectura de este inmortal inglés no es difícil, todo lo contrario, es poesía fácil de asimilar. Como todo, solo es ponerse y tener ganas y entusiasmo por ver qué nos cuenta William. Qué lado de nuestro ser va a descubrirnos ahora.

Leer a Shakespeare es leer nuestra vida.

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